Ruta de Doñana y El Rocío

Un lugar mágico en un entorno espectacular: la Ermita de la Virgen del Rocío y el Parque Nacional de Doñana forman una combinación inolvidable para tus sentidos. La magia rodea a la Virgen del Rocío y su aldea, como preámbulo al hogar de nuestro lince ibérico, una de las zonas con mayor valor ecológico de Europa, hacen de esta ruta toda una experiencia.

Visitada por miles de personas cada año, la Ermita del Rocío es uno de los lugares imprescindibles de la provincia de Huelva. Sus calles de arena, que recuerdan a aquellas míticas películas en el Oeste, le transportarán a otra época para sentir la fe que cada año arrastra a miles de peregrinos a rendir culto a la Virgen del Rocío. La Blanca Paloma, como se conoce popularmente a la Virgen, presiden un retablo y un altar hipnotizando a todo el que lo visita. Podrá experimentar la fe y el sentimiento que sienten cada año más de un millón de personas recorriendo kilómetros para visitar a la Virgen del Rocío en un enclave único, rodeado de marismas y naturaleza virgen.

Llegamos a una joya ecológica de Europa, el Parque Nacional de Doñana. Numerosas especies de flora y fauna conviven en armonía en una reserva natural cuyo incalculable valor atrae a investigadores de todas las nacionalidades. Ciervos y jabalíes, entre otras especies, conforman el paisaje típico de Doñana, rodeados por múltiples variedades vegetales, pero hay un animal que destaca respecto a los demás: el lince ibérico. Las condiciones de este maravilloso Parque Nacional de Doñana protegen a esta especie en peligro de extinción, el emblema de este Parque Nacional. Los humedales y las dunas conforman un paisaje inolvidable y, sin duda, quedará grabado en su retina.

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